APOCALIPSIS 16 (LAS COPAS DE LA IRA)

Las copas de ira 

APOCALIPSIS 16

1 Oí una gran voz que decía desde el templo celestial a los siete mensajeros celestiales: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira del Poderoso.

2 Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.

3 El segundo mensajero celestial derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser viviente que había en el mar.

El primero de esos siete ángeles enviados por Jesús derramará la primera copa de la ira de Dios sobre la tierra, y de repente vendrá una úlcera maligna y pestilente sobre todos los que tengan la marca de la bestia y adoren su imagen. Observe como en primer lugar Dios enviará un ángel para exhortar a los que adoran a la bestia para que se arrepientan (Ap.14:9-11), sin embargo, los adoradores del falso cristo no se arrepentirán, y por tanto, recibirán la terrible ira de Dios en sus propias carnes. Esta ira de Dios no afectará a los santos de la Iglesia de Cristo por la sencilla razón de que ellos no adorarán a la bestia ni tendrán su marca en sus frentes ni en sus manos. Como puede observar, la ira de Dios no tiene que ver absolutamente nada con la tribulación contra los santos. Miles de falsos pastores y falsos evangelistas confunden la ira de Dios con la tribulación, pero son dos cosas muy diferentes. Como ya he demostrado en estos comentarios del Apocalipsis la Iglesia de Cristo está sufriendo la tribulación desde el siglo primero, y esta tribulación terminará cuando Jesús venga en gloria, sin embargo, la ira de Dios será derramada solamente sobre los adoradores de la bestia poco antes de la venida gloriosa de Cristo.

El segundo ángel enviado por Cristo derramará la segunda copa sobre el mar, el cual se convertirá en sangre como de muerto, es decir, de un color marrón oscuro y apestoso, y todos los animales vivientes que hay en dicho mar morirán. Observe que no dice que esta catástrofe afectará a los mares de todo el mundo, sino que dice “el mar”, y en muchas partes de la Biblia cuando se habla del mar se refiere al mar Mediterráneo, llamado también el mar grande (Num.34:6, Hch.27:5), por lo tanto, es muy probable que este pasaje se esté refiriendo solamente al mar Mediterráneo, además, el imperio de la bestia, formado por diez reinos, será una restauración del imperio romano, el cual tendrá al mar Mediterráneo como el principal mar, por lo tanto, lo más probable es que sea el mar Mediterráneo el que se convertirá en sangre como de muerto.

4 El tercer mensajero celestial derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.

5 Y oí al mensajero celestial de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Amo, el que eres y que eras, el perfecto, porque has juzgado estas cosas. 6 Por cuanto derramaron la sangre de los apartados para ti y de los que hablan de parte tuya, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. 7 También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Amo el Poderoso Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.

El tercer ángel enviado por Cristo derramará la tercera copa de la ira de Dios sobre los ríos y las fuentes de la aguas, y se convertirán en sangre. Esta misma plaga es la que Dios envió sobre Egipto (Ex.7:19-21), y lo mismo volverá a hacer en el futuro. El texto no dice que todos los ríos del mundo y todas las fuentes de las aguas se convertirán en sangre, lo cual significa que esa plaga enviada por Dios afectará solamente a las diez naciones que formarán parte del imperio de la bestia. Todo el agua dulce del imperio de la bestia quedará contaminada. Los adoradores de la bestia que vivan en el imperio de la bestia habrán sido culpables del asesinato de miles o tal vez millones de santos de Dios, por lo tanto, recibirán el castigo que se merecen por medio de esas plagas enviadas por Dios. El Señor Dios todopoderoso mencionado en este pasaje es solamente el Padre celestial, los castigos procederán del Dios Padre, y su irá será terrible e implacable contra todos esos adoradores del falso cristo, la bestia.

8 El cuarto mensajero celestial derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. 9 Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre del Poderoso, que tiene poder sobre estas plagas, y no cambiaron su forma de pensar para darle alabanza.

El cuarto ángel enviado por Cristo derramará la cuarta copa de la ira de Dios sobre el sol, el cual aumentará su poder calorífico y quemará a los hombres, los cuales insultarán a Dios y no querrán arrepentirse. Este pasaje tampoco dice que este castigo afectará al mundo entero. Por lo tanto, lo más lógico es pensar que afectará solamente al imperio de la bestia formado por esos diez reinos. La radiación solar será tan potente en el imperio de la bestia que muchos se abrasarán vivos con terribles dolores, pues se lo merecerán.

10 El quinto mensajero celestial derramó su copa sobre el centro de gobierno de la bestia; y su imperio se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, 11 y blasfemaron contra el Poderoso del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no dejaron de practicar sus malas obras.

El quinto ángel enviado por Cristo derramará la quinta copa de la ira de Dios sobre el centro de gobierno de la bestia, y su imperio se cubrirá de tinieblas (Ex.10:21-23). Este mismo castigo de Dios es el que vino sobre Egipto. La bestia tendrá su centro de gobierno, la ciudad desde la cual gobernará sobre su imperio de diez naciones. El pasaje no dice exactamente que ciudad es esa, pero podrá referirse a la ciudad de Jerusalén, ya que el falso mesías pondrá su trono en Jerusalén. Observe como el pasaje dice que el imperio de la bestia se cubrirá de tinieblas, y ese imperio de la bestia serán los diez reinos (Ap.17:12-14). El imperio de la bestia no será el mundo entero, sino que estará integrado solamente por diez reinos, que corresponden a los diez dedos de los pies de la imagen soñada por el rey Nabucodonosor (Dn.2:41-44). Por lo tanto, las diez naciones controladas por la bestia se cubrirán de densas tinieblas.

12 El sexto mensajero celestial derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente.

El sexto ángel enviado por Cristo derramará la sexta copa sobre el río Eufrates, el cual se secará para preparar el camino a los reyes del oriente. Este río Eufrates será la frontera oriental del imperio de la bestia. Al secarse este río, la barrera natural será eliminada, dejando el camino libre para los gobernantes de las naciones orientales. Estos gobernantes enviarán sus ejércitos para reunirse en Armagedón, o valle del Esdraelón, en Israel, en ese lugar se efectuará la concentración de tropas internacionales, y  desde ahí subirán luego a Jerusalén para luchar contra Cristo y sus ejércitos celestiales (Ap.19:19-20).

13 Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos como las ranas; 14 pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Poderoso, el Todopoderoso.

15 He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que está despierto, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.

Juan vio salir de la boca de Satanás, de la bestia y del falso profeta tres espíritus inmundos como las ranas. El texto no dice que esos tres espíritus inmundos serán parecidos a ranas, sino que serán inmundos, como son inmundas las ranas, ya que según la Biblia este es uno de los animales inmundos no aptos para el consumo humano. Estos tres espíritus demoníacos harán señales prodigiosas y sobrenaturales para convencer a los reyes de la tierra a que reúnan sus ejércitos para luchar contra Cristo y sus ejércitos celestiales. Obviamente esos tres espíritus demoníacos se harán pasar por ángeles de Dios, para poder engañar a los gobernantes de la tierra. Ellos convencerán a los reyes del oriente para que unan todos sus ejércitos en una coalición militar internacional para impedir una invasión extraterrestre. Esos tres demonios disfrazados de ángeles sin ninguna duda dirán a esos gobernantes de la tierra que viene al mundo una invasión de extraterrestres malvados, y que por tanto han de formar una coalición militar internacional para luchar contra esos invasores extraterrestres malvados. Los reyes del oriente serán engañados por esos tres demonios, y movilizarán sus ejércitos, cruzando el río Eufrates que se habrá secado, en dirección al valle de Jezreel, Armagedón, pues ese será el lugar donde todas las tropas se concentrarán, para luego subir hacia Jerusalén, donde se efectuará el combate con los ejércitos celestiales.

Observe como en el verso 15 es Jesús quien habla, diciendo que él vendrá como ladrón, es decir, de forma inesperada y sorpresiva. Solamente los cristianos que están despiertos espiritualmente y obran justamente son los que recibirán a Cristo en el aire.

Esa gran invasión extraterrestre que vendrá será la venida gloriosa de Cristo con todos sus ángeles, sin embargo, Satanás, la bestia y el falso profeta, harán creer a millones de personas que esa será una invasión de extraterrestres malvados, y por eso reunirán millones de soldados en el valle de Armagedón para después trasladarse a Jerusalén e intentar destruir a Cristo y a sus ángeles. Como ya vimos, la gran matanza que Cristo realizará será fuera de la ciudad de Jerusalén (Ap.14:20).

16 Y esos tres espíritus inmundos reunieron a los reyes de la tierra en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.

Observe que todos esos ejércitos se reunirán en Armagedón. Este lugar está focalizado en Israel, se conoce también como el valle de Jezreel. El texto no dice por ninguna parte que en ese lugar se efectuará la batalla. ¡¡La Biblia jamás habla de ninguna batalla de Armagedón!!. Ese lugar será solamente el sitio donde los ejércitos de la bestia concentrarán todas sus tropas, para luego subir a Jerusalén, y es fuera de la ciudad donde se efectuará la gran batalla (Ap.14:20).

17 El séptimo mensajero celestial derramó su copa por la atmósfera; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: ya se ha cumplido.

El séptimo ángel enviado por Cristo derramará la séptima copa de la ira de Dios sobre el aire, y en ese momento saldrá una gran voz del templo celestial, anunciando que el fin ha llegado, y que se ha cumplido lo que estaba escrito.

18 Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.

En ese momento que el ángel anuncie el cumplimiento de lo que está escrito, habrá gigantescos relámpagos, voces y truenos, y estallará el mayor terremoto de toda la Historia. Jamás en el pasado ha existido otro terremoto como ese que precederá al fin del mundo, será de una magnitud fuera de lo común, todos los demás terremotos del pasado serán pequeños al lado de este.

19 Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante del Poderoso, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira.

Esta gran ciudad que se dividirá en tres partes es Jerusalén. Toda la topografía de Jerusalén cambiará. Las ciudades de las naciones caerán, se derrumbarán por ese gran terremoto. Ciudades como Nueva York, los Angeles, Moscú, Londres, Madrid, etc., desaparecerán, serán tragadas por la tierra o por el mar. Toda la civilización actual será destruida por ese terremoto planetario.

La gran Babilonia mencionada en este pasaje se refiere a la ciudad de Roma, y es entonces cuando Dios derramará su ira sobre esa ciudad para destruirla con fuego, lo cual se describe con todo detalle en los siguientes dos capítulos, el 17 y el 18. Sin ninguna duda Roma será la capital política del imperio de la bestia, pero Jerusalén será la capital religiosa del falso profeta, en Jerusalén el falso profeta pondrá su trono papal.

20 Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.

Toda isla desaparecerá, y los montes no serán hallados. Esto significa que toda la topografia del planeta cambiará. No existirán las islas, porque toda la tierra formará un solo continente. El gigantesco terremoto planetario cambiará totalmente la topografia de la tierra, y volverá a tener un solo continente, tal como era al principio de la creación (Gen.1:9-10).

21 Y cayó del cielo sobre los hombres unas enormes piedras de granizo como de 34 kilos cada una; y los hombres blasfemaron contra el Poderoso por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.

Como parte de esta séptima copa de la ira de Dios, caerá sobre la tierra una lluvia de piedras de granizo. Cada una de estas piedras de granizo pesará alrededor de 34 kilogramos. Observe que el texto dice que será granizo, es decir, piedras de hielo. Esta lluvia de granizo será muy grande, y matará a muchos adoradores de Satanás y de la bestia, y los que queden vivos blasfemarán contra el Dios Padre. La misteriosa caída desde el cielo de grandes piedras de granizo ha ocurrido en el pasado. Mismamente aquí en España hace unos años cayeron desde el cielo unas piedras de hielo del tamaño de un balón de futbol, las cuales no llegaron a matar a nadie. Piedras mucho más grandes podrían caer en el futuro, y eso es lo que se describe en este pasaje del Apocalipsis.

Con esta séptima copa terminará la ira de Dios sobre el reino de la bestia. De esa manera acabará el reinado de Satanás, la bestia y el falso profeta. Más adelante, en el capítulo 19, se describe con más detalle como será el final de la bestia y del falso profeta, y de todos los ejércitos que lucharán contra Cristo a las afueras de la ciudad de Jerusalén, pero eso lo analizaremos cuando lleguemos al capítulo 19.